Goodwood celebra la tradición de Mazda en el mundo de la competición

La tradición deportiva de Mazda es el centro de atención de la edición de este año del Festival of Speed de Goodwood, que se celebra este fin de semana. El acto central de este evento dedicado al mundo de la competición ha sido el descubrimiento de una espectacular escultura de 40 metros de altura, situada frente a la Goodwood House. La obra muestra dos coches de carreras de Mazda elevándose hacia el cielo, sobre una pista ondulante construida a base de barras de acero.

La tradición deportiva de Mazda es el centro de atención de la edición de este año del Festival of Speed de Goodwood, que se celebra este fin de semana. El acto central de este evento dedicado al mundo de la competición ha sido el descubrimiento de una espectacular escultura de 40 metros de altura, situada frente a la Goodwood House. La obra muestra dos coches de carreras de Mazda elevándose hacia el cielo, sobre una pista ondulante construida a base de barras de acero.

Esta creación del artista Gerry Judah está inspirada en el diseño "KODO - Alma del movimiento” de Mazda y transmite una agilidad y un dinamismo que oculta de alguna manera la complejidad de la instalación, formada por 120 toneladas de acero. Cada una de las 418 barras de acero está orientada en un ángulo diferente, retorciendo la estructura hasta el punto de que los coches que ocupan su parte superior están literalmente suspendidos sobre el observador.

"Cuando empezamos a hablar de este elemento central en Goodwood, queríamos que fuera un reflejo de la marca a través de la filosofía de diseño KODO”, declaró Ikuo Maeda, director de la división de diseño de Mazda. “Gerry ha sabido transmitir magistralmente la esencia de nuestra marca con una estructura estética y sorprendente que es indiscutiblemente KODO. Es una escultura ligera y sólida, que confiere a los coches movimiento y energía".

Este elemento central, que celebra el espíritu rebelde de Mazda, también rinde homenaje a la tradición de la marca en el mundo de la competición. Dicha tradición se remonta en Europa a los años 60, cuando Mazda se propuso poner a prueba sus motores rotativos en el exigente entorno del automovilismo deportivo. Desde entonces, los modelos de Mazda con motor rotativo han ganado 100 carreras de la IMSA, además de títulos de constructores y pilotos, dos campeonatos británicos de Touring Car y carreras de resistencia en Daytona, Spa y Le Mans. Su victoria más destacada fue en las 24 Horas de Le Mans de 1991, con el famoso Mazda 787B, precisamente uno de los dos coches que aparecen en la escultura. El otro es el Mazda LM55 Vision Gran Turismo. Este modelo fue creado para Gran Turismo 6, un simulador de carreras para PlayStation. Ahora, en Goodwood, este bólido ha dado el salto del universo virtual al mundo real.